En los últimos años, el vermut ha ido recuperando adeptos y/o seguidores. Pero, realmente… ¿el vermut dejó de estar de moda? ¡Probablemente no! La costumbre de tomar el vermut sigue intacta hoy en día y se ha convertido en todo un arte tanto para locals como para los visitantes de nuestra ciudad.
Actualmente, Barcelona vive una época dorada del vermut. Donde los más apasionados podrán descubrir sitios emblemáticos donde se sirve el vermut como antaño: bodegas casi centenarias, vermuterías con esencia, bares de tapas de tradición familiar o nuevos locales de diseño cool o trendy que reivindican el esplendor de esta bebida.
Al margen de que el vermut se haya puesto de “moda”, este renacimiento de la ‘cultura vermutera’ no solo responde a un hecho social, para el disfrute de amigos y familia, los fines de semana, especialmente los domingos. Sino porque también se recuperan tradiciones, como el placer de tomar un vermut o aperitivo, desde un punto de vista gastronómico con las nuevas experiencias más foodies de los amantes de lo gourmet.
El secreto del vermut principalmente radica en la mezcla de hierbas aromáticas, que aporta los sabores amargos y dulces, que lo convierten en una creación única. La base del vermut es el vino joven, normalmente blanco, de graduación suave entre 11º/12º. Posteriormente se le añadirán una mezcla de botánicos tales como hierbas aromáticas, ajenjo, cítricos y especias, macerados en alcohol para que se impregne de los aromas y sabores característicos del vermut.
Además, el vermut va acompañado de las típicas patatas chips, olivas rellenas o con hueso, una surtida selección de conservas: mejillones, berberechos, navajas o almejas… junto con croquetas, calamares, montaditos o las clásicas tapas.
¿Tomamos un vermut?