El Born CCM

El Born Centro de Cultura y de Memoria es un antiguo mercado municipal de Barcelona reconvertido en la actualidad como centro cultural y de memoria histórica a través del cual podemos recordar cómo era la Barcelona de 1714, antes de caer en la guerra de Sucesión. Es un lugar imprescindible para conocer la historia de Barcelona desde tres vertientes. La primera de ellas es como espacio histórico, ya que su construcción en 1876  supuso la primera de la llamada arquitectura del hierro en Barcelona, es una muestra viva del auge de la ciudad como metrópolis europea durante el siglo XIX. Tras él llegarían otros mercados históricos como el de Sant Antoni, el de la Barceloneta, el de la Concepción o el de Hostafrancs. Más allá de consolidar y renovar el sistema de mercados de la ciudad, estas obras sirvieron para definir un estilo de arquitectura muy propio de esta ciudad durante el último tercio del siglo XIX y que bebía de la tradición artística del hierro en Cataluña, que llegó a su máximo esplendor en los siglos XVII y XVIII.

Como mercado en cuestión, el Born mantuvo su actividad durante 95 años, divididos en dos etapas: una inicial, durante la cual fue el mercado del barrio de la Ribera, y otra, a partir de 1921, actuando como mercado central de Barcelona hasta 1971, momento en el que se cerró al público para llevar el nuevo Mercado Central al barrio de Sant Ramón, en Les Corts.

Como espacio cultural, el Born CCM conserva en su interior un yacimiento arqueológico de casas de esta parte del barrio de la Ribera de la Barcelona del 1700 que fueron derruidas tras la caída de la ciudad para construir una ciudadela militar desde la que controlar y atemorizar a la ciudad. Es también un núcleo de memoria colectiva en el que podemos encontrar una muestra permanente que recuerda los hechos de la Guerra de Sucesión y del sitio de 1714, así como las trascendentes consecuencias que tuvieron para Barcelona y para Cataluña. Pero no solo de memoria vive el Born. En él también podemos encontrar un espacio polivalente y abierto a todos con una programación diversa que incluye actividades literarias, teatrales y musicales, entre muchas otras. En definitiva, un espacio histórico, y un equipamiento cultural del siglo XXI único en Europa que además está catalogado como Bien Cultural de Interés Local, por lo que es de visita obligada.