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Moritz fue la primera cerveza de Barcelona, fundada el 1856 por Louis Moritz en el centro de la ciudad, entre el Eixample y el barrio del Raval.
Metro: L1 (Roja) - Universitat y Urgell
L2 (Lila) - Universitat y Sant Antoni
El espacio industrial que había acogido la sede de la compañía Moritz desde 1856 está situada en uno de los límites de la antigua muralla romana de Barcelona, en el número 41 de la céntrica Ronda de Sant Antoni.
Los herederos de esta familia de cerveceros confiaron en uno de los arquitectos más vanguardistas del momento, Jean Nouvel, para transformar los espacios característicos de un recinto dedicado a la elaboración de la cerveza en un emblema arquitectónico. La nueva fábrica está llena de juegos de luz con diversos espacios gastronómicos dirigidos por el chef con estrella Michelin, Jordi Vilà (Alkimia), y diferentes espacios dedicados al diseño, las nuevas tendencias y la moda.
La Fábrica Moritz ocupa un espacio de 4.000 m2 divididos en tres plantas, acoge una cervecería, dos restaurantes, un bar de vinos, una tienda (denominada M-Store), una micro cervecería con cerveza fresca, un museo y un aula gastronómica, entre otros espacios. La cervecería cuenta con la barra de estaño más larga de la ciudad, con 25 metros y una capacidad de barra y mesas para 250 personas.
La protagonista indiscutible de la Fábrica Moritz es la cerveza. Esta se elabora diariamente y a la vista de los consumidores, que pueden disfrutar de la experiencia de la fabricación y descubrir los secretos de todo el proceso de creación gracias a las visitas guiadas que se ofrecen de forma gratuita.
Siguiendo la ley de pureza alemana, la receta para la elaboración de la cerveza que se sirve en la Fábrica Moritz Barcelona es la misma que la que se comercializa actualmente, sin enzimas ni aditivos, sólo con lúpulo, agua mineral natural procedente del Montseny, malta y levadura. Dos grandes antiguas máquinas recuperadas y restauradas, una envasadora y una etiquetadora, ambas de hace más de 60 años, presiden la entrada de este polivalente espacio. En la sala del sótano, se encuentra la sala de fermentación, filtraje y almacenamiento, con cinco grandes tanques que completan el proceso a lo largo de tres semanas, convirtiendo el mosto cervecero en Moritz Pilsen y Moritz Epidor (sin pasteurizar) y otras versiones, algunas de edición limitada.
Los orígenes de la marca datan de 1851, cuando Louis Moritz llega a Barcelona procedente de Pfaffenhofen, localidad de la región cervecera de Alsacia, donde su hermano mayor era maestro cervecero. Buen conocedor, por su origen, de la cerveza y de su proceso de producción, su primer destino será la pequeña fábrica que Ernest Ganivet (de origen francés y afincado en Barcelona) tenía en la calle de Cirés, donde trabajará como maestro cervecero. En 1856 Louis Moritz ya elabora su propia cerveza. Tres años después compra la fábrica de Joan Maurer, situada en la calle del Portal de Santa Madrona, lo que le convierte en uno de los productores más importantes de Barcelona.
Louis Moritz fallece en 1920. Dos años después, sus herederos crean la Fábrica de Cervezas Moritz, S.A.; consolidándose la calidad y reputación durante la década de los 20’s.
En la actualidad, la mayoría de la producción se lleva a cabo en la fábrica aragonesa de Ambar (antiguamente, La Zaragozana) bajo supervisión de los maestros cerveceros de la marca, y el domicilio social y las oficinas se encuentran en el antiguo edificio de la Ronda de Sant Antoni.
Si vienes a este sitio es que te gusta la cerveza artesana. Disfrutarás de toda clase de cervezas y tapas. Buen ambiente, precio asequible y buen trato al cliente. Eso si, se llena cualquier día. Lugar idóneo para ir en grupo de amigos o en parejas.