Fismuler Barcelona

Nino Redruello y Patxi Zumárraga revolucionaron Madrid en 2016 con un restaurante que la capital no conocía. Fismuler ha atraído al público de Madrid con estética de derribo, cocina natural y sin corsés en platos de producto y presentaciones sencillas pero con sabor. También con destilados macerados en el propio local, una oferta de vinos por copa, café de puchero, jarras para compartir y mesas corridas que invitan a socializar. Consolidado en Madrid como un lugar donde divertirse y comer sano y rico, Fismuler llega ahora a Barcelona de la mano de Hotel REC y guiños a la idiosincrasia local, como el pavimento adoquinado del Antiguo Rec Comtal, la acequia que abasteció Barcelona de agua durante casi un milenio y que se situaba bajo lo que es ahora el restaurante. Respeto y honestidad, sencillez y evasión, naturalidad y democratización, eso es Fismuler. Para este proyecto Nino y Patxi se han unido a Jaime Santianes, cocinero y amigo desde que los tres coincidieran en las cocinas de ElBulli en 2002.

Fismuler Barcelona se emplaza en los bajos del nuevo Hotel Rec, cerca del Arco de Triunfo. En un espacio diáfano de más 300m2, el restaurante acoge con sencillez y austeridad sin paredes, con partidas de restaurante diseminadas por el local, donde se trabaja de cara al cliente para crear ambientes. La carta de Fismuler es corta, con elaboraciones sencillas pero con mucha técnica y reflexión detrás, y que cambia a diario dependiendo de los caprichos del mercado. La oferta se basa en productos naturales, ecológicos y de kilómetro cero. Aquí no hay freidoras, sólo esencia de sabor y respeto por el producto. Cada mañana se recorren el mercado para buscar productos nuevos con los que sorprender al comensal cada día. Pero en esta oferta tan dinámica, también hay espacio para algunos platos fijos como los garbanzos salteados con ternera y cigalitas, el steak tartar con especias cajún o la ya famosa tarta de queso, elaborada con tres tipos diferentes de quesos.

La oferta gastronómica se complementa con una programación de música en vivo para animar las cenas y una serie de cenas improvisadas donde darán rienda suelta a su creatividad y espontaneidad. La decoración está firmada por Arquitectura Invisible y Estudio Sireé. La estética de Fismuler transmite austeridad y sencillez plasmadas en paredes de yeso, placas de acero, hormigón, mármol sin pulir y mucha madera de derribo.