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Un mercado lleno de historia que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder el encanto de una instalación centenaria.
El Mercado del Ninot se levantó en 1892 en una zona que, por aquel entonces, pertenecía al municipio de Les Corts antes de unirse a Barcelona. El mercado fue bautizado en su momento como El Porvenir, ya que fue el primero que se abría en aquel municipio y quería representar el futuro. Sin embargo, con el tiempo pasaría a ser conocido entre la gente del barrio como Mercado del Ninot, ya que en su interior había una taberna que lucía un “ninot”, que no era otra cosa que el mascarón de proa de un bergantín del puerto de Barcelona que se salvó in extremis de ser quemado cuando el barco estaba siendo desballestado. Tan popular se hizo aquella figura en el actual Eixample, que la denominación popular pasó a ser la oficial en la Segunda República (1931-1936) y, tras la dictadura, en la actualidad. Ese Ninot puede ser visitado hoy día en el Museo Marítimo de Barcelona.
El enorme éxito que tuvo en su día el Mercado del Ninot en el barrio del Eixample y su continua adaptación a las necesidades de cada época, ha hecho que el recinto haya sufrido dos grandes remodelaciones. La primera de ellas fue en 1933, cuando ya se había convertido en un gran centro comercial que llenaba de dinamismo la izquierda del Eixample. Entonces, el mercado pasó de ser un espacio a cielo abierto a ser un recinto lleno de las comodidades que un espacio comercial requería: nuevas paradas, ampliación de pasillos…
Ya en el siglo XXI un recinto centenario como el Ninot se vio obligado a una segunda gran transformación. Así, tras una reforma integral que duró cinco años, el nuevo Mercado del Ninot veía la luz en 2015, estrenando imagen interior, así como servicios al comprador, como la instalación de un supermercado o la instalación de señal WiFi gratuita para los visitantes.
Todas estas reformas han hecho del Mercado del Ninot un recinto por el que deambular sin prisas y poder disfrutar de la Barcelona más auténtica a través de sus paradas y sus comercios mientras se saborean sus productos de alta calidad en cualquiera de sus barras de degustación.