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Arquitectura, historia y árboles centenarios convierten al pulmón de Barcelona en un lugar en el que pasarte una mañana.
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Disfrutar el Parque de la Ciutadella es una experiencia que va más allá de sentarse en un banco a leer o disfrutar de un espacio lleno de tranquilidad en el corazón de la gran ciudad. Construido a finales del siglo XIX, fue el primer espacio diseñado específicamente como parque público de Barcelona.
El nombre del recinto deriva de la fortificación militar que el rey Felipe V mandó construir en 1715 para controlar la ciudad. Ya en el siglo XIX se decidió entregar el recinto a la ciudad, que la convirtió en un gran parque público que sirvió, entre otras funciones, para albergar la Exposición Universal de 1888. De todo ese proceso histórico se han conservado edificios como el actual Parlamento de Cataluña, el Museo de Geología, el invernadero o el Museo de Zoología.
Junto a los edificios históricos, el parque cuenta con otro atractivo arquitectónico como es la gran cascada monumental, que simboliza el nacimiento de Venus, junto a otras escenas mitológicas realizadas por escultores catalanes del siglo XIX (Josep Llimona, Frederic Marès, Pau Gargallo e incluso, de un joven Antoni Gaudí). Además de la arquitectura, el parque cuenta con muchas esculturas de gran calidad, que reflejan a personajes o momentos importantes de la historia de Cataluña. También destaca un enorme mamut de piedra realizado a tamaño natural.
Pero, sobre todo, la Ciutadella es un parque. Como tal, el viajero podrá disfrutar en él de grandes zonas verdes en las que poder estirarse a leer un libro o simplemente descansar de un ajetreado día en Barcelona. Desde allí podrá observar la gran cantidad de pájaros de diversas especies locales que sobrevuelan las copas de los árboles centenarios en los que tienen sus nidos. Y con una superficie de 17 hectáreas, el parque se convierte en un lugar excelente para practicar running o dar un apacible paseo con el que disfrutar del mayor jardín que ofrece Barcelona en su núcleo urbano.
Tener semejante desahogo medioambiental en medio de la ciudad, para poder sentarte en la hierba a descansar, a respirar o para pasear sin tráfico en los alrededores es un lujo que no todo el mundo sabe apreciar, pero que desde luego muchos valoramos. Un parque precioso y bien cuidado donde perderse una tarde y salir con las pilas cargadas.
Magnífico parque para disfrutar los más pequeños y los mayores, bien descansando en su césped, paseando, leyendo, o jugando.