- Pescado y Marisco
- Gastronomía Local
El restaurante Les 7 Portes, referencia de la restauración en Barcelona, atesora la tradición de la gastronomía catalana, el rico recetario de la cocina de siempre.
En 1836, nace el edificio de En Xifré que aloja el Restaurante Les 7 Portes. El primer edificio moderno construido para alquiler en Barcelona, el primero que tuvo agua del Estado español y donde se hizo la primera fotografía o el prime póster publicitario. En 1942 lo adquirió Francesc Parellada Riera, propietario de la famosa Fonda Europa de Granollers.
El establecimiento exhibe una magnífica pinacoteca, con litografías de Joan Miró y Antoni Tàpies, así como un retrato de Fortuny y obras, entres otros, de Ramon Casas, Ricard Opisso, Mas Fondevila, Modest y Ricard Urgell, Aurora Altisent y Planas Doria. Todos ellos forman parte de una colección de 400 cuadros, que se exhiben de manera rotatoria en la sala y en los salones del restaurante. Hay que destacar también la presencia de placas conmemorativas de la asistencia de Ava Gardner, Charlton Heston, Federico García Lorca, Joan Miró, Pablo Picasso y Pelé, entre otros.
Les 7 Portes contribuyó a fijar la carta de la cocina catalana entre las décadas de 1930 a 1970. Una cocina adulta, generosa, sofisticada y muy natural, que se edifica sobre la tradición de asados, parrilladas, paellas pasando por sus tesoros ocultos como las zarzuelas, fideos a la cazulea o los callos a la catalana, se ha convertido en visita obligada para el turismo que disfruta de la capital catalana.
¡Un clásico atemporal de siempre!
Se trata del restaurante mas antiguo de la ciudad condal, y no por ello su carta está anticuada, más bien lo contrario ...
Una de sus especialidades es la paella.
Recomiendo en especial la paella “parellada”, se trata de una paella de pescado y marisco, pero con todo el marisco “pelado” (excepto media langosta pequeña, que da un toque de color) lo que te permite saborear el plato sin tener que entretenerse pelando gambas y demás crustáceos...
Muy recomendable !!!
Comida de alta calidad, en raciones generosas y preparaciones tradicionales, pero con toques originales; los arroces, deliciosos. Carta amplia y muy bien surtida, aunque no disponen de un menú degustación o de temporada. Precio elevado, pero no excesivo para la categoría del local. La decoración y el ambiente son muy clásicos y conservadores. El personal es amable, rápido y atento, sin "aprovecharse" económicamente a la hora de hacer recomendaciones de platos y bebidas. Excelente para quedar bien en cualquier invitación de compromiso.